Todos existimos.
Existimos en la felicidad de nuestra madre y las ganas de nuestro padre de que seas la mejor versión de él y de ti mismo.
Todos existimos.
Existimos en la felicidad de nuestra madre y las ganas de nuestro padre de que seas la mejor versión de él y de ti mismo.
Él, que se lo bebe a tragos, por la responsabilidad a la costumbre cumplida. La vida le viene y va y en un ínterin, un café.
Yo, que a sorbos hago respirar al alma buscando descifrar lo que me mueve adentro o mejor aún, conversando, escarbo a la otra alma que me acompañe con el café. La vida me viene y me va, dejo la taza a un lado, y sigo haciendo lo que tengo que hacer para volver a respirar con el próximo café.